lunes, 17 de enero de 2011

Supercomputación, Caléndula

Como soy de León y he estudiado allí mi carrera, voy a hablar sobre Caléndula, pilar del centro de supercomputación de Castilla y León, y 180 en el ranking de los 500 ordenadores (conocidos) más potentes del mundo en 2009, el cual he tenido ocasión de visitar en varias ocasiones, e incluso trabajar con él de forma sencilla. Todo esto gracias a que se encuentra en la Universidad de León y la buena relación existente con la escuela de ingenierías.
Caléndula, que utiliza tecnología HP, consta de un cluster de 304 núcleos,  y 16 nodos de memoria compartida y utiliza la distribución Red Hat de Linux para aprovecharlos. Su poder de cálculo aproximado es de 33 TflopsEste supercomputador destaca especialmente por el aprovechamiento de la energía, siendo uno de los que menor ratio de energía/núcleo aporta. Esto se consigue gracias a su sistema de refrigeración, que utiliza la temperatura exterior para enfriar la sala.
Para trabajar con Caléndula, nos conectábamos al centro de supercomputación de manera remota, con una cuenta previamente autorizada, y cargábamos nuestro programa. Para sacar el máximo rendimiento, el código debía estar optimizado para funcionar con varios núcleos, y tras esto le especificabas el número de núcleos con los que querías trabajar. A pesar de solicitar un número de núcleos, no significaba su utilización, ya que el número de núcleos concedidos a tu trabajo, además del precio pagado (no en nuestro caso), dependía de la prioridad de tu trabajo, y del número de núcleos libres en ese momento. En nuestro caso pudimos comprobar la potencia de Caléndula realizando la criba de Eratóstenes, y con algunos ejemplos de simulación de nanotecnología, pero tras varias charlas escuchadas al respecto, sobretodo recuerdo el caso de una empresa farmacéutica, que utilizaba el supercomputador para realizar las simulaciones de la interacción entre su medicamento (para el tratamiento del cancer), y las proteínas del cuerpo. Sin el uso de un computador de estas categorías, serían necesarios aproximadamente 10 meses para la resolución de la simulación, un obstáculo muy grande para una industria como la farmacéutica, a la hora de luchar con los competidores. Con el uso de Caléndula, este tiempo consiguió reducirse a varias semanas.
Desde la experiencia propia puede afirmarse que el comprobar la velocidad del funcionamiento de una máquina de este tipo, hace replantearse el punto hasta el que la computación puede llegar, pero que para que esto sea posible todos las posibles eventualidades deben estar controladas: seguridad, temperatura, energía, personal, etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario